miércoles, 13 de noviembre de 2013

SPNB

Después de lo que había pasado, a ella le resultaba muy raro no poder apoyar la cabeza en su hombro cada dos por tres, y él contenía las ganas de pasar los dedos por su muslo cada vez que se sentaban en algún sitio a descansar.  Ella cantaba y bailaba con sus amigas mientras  bebía una cerveza tras otra mientras él, a unos metros, hablaba con todo el mundo sin parar de mirarla serio.  

Cuando empezó a sonar SPNB ella cerró los ojos un momento y respiró hondo, tragó saliva y empezó a cantar susurrando aquello de encontrarse a las afueras del pueblo, sacudirse la distancia y burlar al tiempo. Sólo sonrió cuando dijo lo de ser los únicos miembros de una sociedad secreta, entonces se miraron entre la gente y cantaron a gritos la última frase de la canción


‘Son preciosos nuestros besos aunque nadie pueda verlos, son preciosos nuestros besos.’