Ha sido muy bonito desde el principio, ir en autobús, mirar por la ventanilla con los cascos del ipod rosa puestos, cerrar los ojos, soñar...
Maletas que pesan, estaciones de autobús, abrazos con los que no puedes respirar, hostales que dan miedo y otros que no tanto, salas, festivales, vestiditos de guarrilla y de niña tonta, botas, sandalias, invierno, primavera, verano otoño y volvemos a empezar.
Leyes, capitanes, enes, rutinas en el mancha pop que hacen #pumpum y que en el sonorama ponían la piel de gallina, Lisboa (dedo corazón arriba con toda la motivación), cabarets que te dejan sin espiración siempre... el pataleo de 3000.
Y todo eso ha terminado, la última rutina ha sido muy bonita y el último cabaret para llorar mientras saltas y pataleas en pantalón corto... Ahora tendremos que esperar para llenar la maleta otra vez de vestidos demasiado cortos, de canciones, de dolor de garganta y de lágrimas en las despedidas
Adiós imposibilidad posible.
Verás como antes de lo que crees estarás llenando la maleta otra vez y comprando billetes de autobús para cualquier lugar del país.
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