jueves, 1 de diciembre de 2011

Diciembre

Limpiar la casa de sombras tristes que no te dejan avanzar es lo que hiciste anoche, conmigo, los dos en tu casa con el sonido de la lluvia de fondo cenábamos comida china directamente de las cajas de plástico en la que nos la trajeron. Yo como soy un poco más experta en la materia que tu uso los palillos para comer todo, pero tu como buen dandy que dices ser terminas cogiendo un tenedor para poder comerte el arroz. A lo bonito tenemos puesto interpol de fondo hasta que llegamos a los postres.
Nunca entenderé por que todos los chinos meten una botella entera de un licor asqueroso en los pedidos a domicilio, que te sirvan un chupito en el restaurante es pasable, por que con la euforia del vino te sientes valiente ante cualquier cosa que venga después, pero lo de la botella entera de la que no puedes parar de beber eso tan asquerosamente asqueroso no lo entiendo.
Si, nos terminamos la botella ¿Por qué? Simple y llanamente por que es gratis, si al final tu y yo no somos tan diferentes…
Como colofón final y amando infinitamente esos canales en los que ponen películas en blanco y negro nos quedamos con nuestras gafas de miopes bajo la manta tapados hasta la nariz y pegados a la tele volviendo a ver esa película que tantas veces hemos visto y canturreando ‘moon river’. No recuerdo en que momento me quedé dormida, ni como llegué a recostarme en tu pecho, pero así me desperté. Ya no había Audrey,  la película no era en blanco y negro y todo era azul…

Todas las que has besado, todas que te han herido están dejándote marchar

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