Como todos los años el verano parece que termina en cuanto llega septiembre, dejas de lado la sandalias y los tirantes y pasas a las botas y mangas cortas, de las muñecas desaparecen las pulseras de los festivales veraniegos y en su lugar encontramos piel blanca a la que no ha dado el sol.
Preparo café mientras fuera todo se pone oscuro y la humedad se huele en el ambiente, cada dos por tres levanto la tapa para ver si sube, pero no, el café no termina de subir hoy y no hay cosa que más me moleste. Mordisqueo una galleta mientras saco las tazas del armario busco la jarra de calentar la leche que no está en su sitio. Borbotea el café justo cuando entras por la puerta de la cocina y dices ‘yo un cortado’
uau!!
ResponderEliminarme encanta!
E-nor-me.
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