Respiras, sientes presión en el pecho, no te llega el aire a los pulmones y una manada de mariposas revolotean en tu barriga. No puedes hacer nada por calmarlas, y no sabes si realmente quieres hacerlo. En la habitación azul todo se vuelve a quedar en silencio, una leve brisa mueve las cortinas blancas que parecen flotar en el aire, las manos que tenías sobre la barriga intentando calmar las mariposas ahora suben y bajan al ritmo lento de tu respiración, pero de repente todo empieza otra vez…
Propongo ser quien ponga el aire
Bucles infinitos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario