Todos queríamos ser extraordinarios

Noto que ha refrescado pero no me importa estar en camisón mientras me fumo el último cigarro del día que más bien puede parecer el primero. El viento mueve mi pelo y huelo el humo, inevitablemente me viene a la mente tu imagen con una cerveza en una mano y un cigarro en la otra, hace apenas diez minutos que te he dejado abajo y me parece una eternidad.

Me siento  frente al minibar con las piernas cruzadas  a lo indio, veo la mini botella de vino y sonrío de medio lado, lleno la copa y apoyo la espalda en la cama mientras suspiro de frustración.  Imagino que estás conmigo, a mi lado, sentado en la alfombra con la cabeza apoyada en mis piernas frías, bebiendo los dos de la misma copa, comentando las anécdotas de la noche y planeando el viaje del día siguiente. Si, yo confiaba en que subieras a mi habitación, no que te quedaras como hiciste…

Todos queríamos ser extraordinarios , podías hacer algo por volver

Hot Legs (o como sentise rock después de tanto tiempo)

Es algo subrealista ir dirección a una sala para ver a un grupo llamado piernas calientes mientras a tu ladao pasa una procesión con cristo y gente con capirotes en la cabeza incluidos.
Si, los Hot Legs tocaban en Bilbao y no podía perder una oportunidad así para volver al rock, así que me planté la faldaa de señora guarrilla, me pinté las uñas de rojo y puse rumbo al Azkena.
No recordaba de lo bonito que era el rock&roll y de todo lo que me gustaba bailar con el culo hacia fuera poniendo morros y moviendo las manos... por que no es lo mismo bailar a lo rock que a lo indie, no, no, no...
no se si puedo decir que el rock vuelve a estar 100% en mi persona, pero lo que si puedo afirmar es que fue una noche inolvidable

tu me llevas

Gafas de sol y mis piernas en el salpicadero. Las ventanillas están bajadas por que a ti y a mi el aire acondicionado siempre nos ha sentado mal, el viento alborota mi pelo mientras tu cantas con esa voz tan característica por encima de los smashing que ahora mismo suenan en la radio. Los kilómetros van rodando y hemos dejado el mar atrás hace ya mucho tiempo, ya no huele a humedad y todo se ve más seco que antes, lo se por que no he parado de mirar por la ventanilla en todo el camino.

Rebusco en mi bolso hasta encontrar un mechero para encender un cigarro, siempre me ha gustado fumar estando de viaje, con las piernas en el salpicadero mientras me miro los pies, pienso que el contraste del rojo de mis uñas con el azul del cielo sería una buena foto, pero paso de sacar la cámara, rompería el momento especialmente azul que tu y yo  hemos creado cantando.

Ahora ya no canto y tampoco fumo, me hago la dormida, pero detrás de mis gafas de rock miro como conduces mientras mueves tus labios sin sacar un solo sonido para no despertarme. Cosas como estas son las que me hacen pensar que tu me elevas…